¡Ya se va a acabar el año! Y todos sabemos lo que significa: ahí vienen los descuentos. Intento consumir de manera sustentable todo el año, pero se vuelve un poco más difícil en esta época. Recuerdo que cuando era niña, el periodo de descuentos se sentía especial pero ahora hay a cada rato y en todos lados. A final de cuentas, vivimos en un mundo consumista.
Nos bombardean con tanta publicidad, que la presión por comprar aumenta cada vez más. Yo lo he sentido y sé que tú también. Es tanta la mercadotecnia que hasta evito ir a plazas y tiendas departamentales durante el Buen Fin o Black Friday.
Hace dos años empecé a cuestionar mis hábitos consumistas, al grado de imponer a mí misma un no buy cosmético en 2019. Un no buy (no comprar en inglés) consiste en no adquirir cosas innecesaria, es decir, si no era parte de mi rutina de cuidado de la piel o belleza básica, entonces no lo compraba.
¿Y qué crees? Funcionó muy bien gracias a una serie de preguntas que me detenían el impulso de comprar. Por eso me puse a reflexionar sobre las fechas de descuentos de fin de año. Sabemos que siempre se llevan a cabo en la misma época, cada año. También sabemos que el consumismo le conviene más a las grandes corporaciones que a nosotros, nos crean necesidades.
Para empezar creo que es importante definir la palabra sustentable, porque muchas veces la aventamos así nada más.
Entonces, ¿cómo puede el consumismo ser sustentable? Planeando lo que necesitas o quieres comprar. Suena muy simple y de seguro estás pensando que no es tan sencillo. Pero lo es porque tú tienes un gran poder de compra.
Sólo tú puedes decidir en qué te gastas el dinero que tienes. Nos pueden bombardear con toda la mercadotecnia que quieran, pero si decidimos no comprar, no importa cuánto nos ataquen: nadie va a cambiar nuestra opinión final.
Creo que ésta ha sido de las conclusiones más poderosas a las que he llegado en mi vida adulta. Recuerdo cuando obtuve mi primer trabajo y, a veces saliendo de la oficina, me iba a una plaza comercial con mis compañeras para ver qué podía comprar. Ni siquiera lo pensaba, simplemente gastaba porque podía.
En el momento en el que reflexioné sobre mis hábitos consumistas, mi perspectiva cambió por completo. Ahora, antes de comprar algún producto no básico, ya sea maquillaje, ropa, bolsas o cualquier electrónico, me hago una serie de preguntas que me ayudan a determinar si vale la pena o no la compra.
Esta pregunta me obliga a rendirme cuentas a mí misma. ¿Lo quiero por bonito? ¿Por la marca? ¿Me va a hacer sentir bien? Mi respuesta a veces me sorprende, ha habido ocasiones en las que he querido comprar algo nada más porque proviene de una marca que me gusta mucho, o porque me llama la atención el empaque. Analizar por qué quiero el producto es un paso importante, y responder porque sí ya no es lo suficientemente bueno como para gastar mi dinero.
Contestar esta pregunta es difícil porque muchas veces la respuesta es no y cuesta aceptarlo, sobre todo si estás acostumbrada a comprar y comprar sin pensar. Es muy importante ser honesta y realista al contestar porque muchas veces no necesitamos algo pero lo queremos, y está bien aceptarlo. Una de las cosas más difíciles de examinar nuestros hábitos es empezar a prioritizar aquello que necesitamos. Por ejemplo, necesito un suéter cuando hace frío pero no necesito comprar tres de la misma marca.
Esta pregunta es muy importante cuando se trata de artículos de edición limitada. A las marcas de belleza, por ejemplo, les encanta lanzar productos especiales durante el año para generar urgencia en sus clientes. Siempre va a haber algo que te llame la atención pero si es un producto que puedes comprar el próximo mes, entonces no hay necesidad de correr a las tiendas. El Buen Fin o Black Friday se van a seguir repitiéndo cada año, así que si no compras nada este año, tendrás más oportunidades en el futuro. Y lo más probable es que “lo que sobre” de estas fechas seguirá con descuento.
Esta pregunta es una especie de 2×1. Creo que es muy importante saber a quién le estás comprando: ¿es una corporación o una empresa familiar? ¿Hay un dueño o es un grupo de inversionistas? No olvides que nuestro poder de compra enriquece. Por eso creo que una de nuestras grandes responsabilidades, como consumidores, es elegir a quién le damos nuestro dinero.
Otro factor que se ha vuelto muy importante para mí, sobre todo para comprar en línea, es la huella de carbón. Transportar, almacenar y distribuir productos no solo cuesta dinero, también gasta: agua, luz y, dependiendo del transporte, contamina el aire. Creo que darle prioridad a las empresas locales y nacionales, es una de las decisiones más sustentables que podemos tomar.
Somos pocas las que nos preguntamos esto cuando compramos ropa, sobre todo si es fast fashion. Hay marcas que tienen mala fama: la ropa solo aguanta dos lavadas, se desbarata cuando sudas, es solo para una noche,… mi punto es que tú puedes cuidar muy bien lo que compras pero sí hay cosas hechas para no durar. Esto crea más necesidades falsas: si se te rompe tu playera entonces compras otra, ¿fácil no? Lo mismo sucede con artículos de belleza, hay cosas que te van a durar muchísimo y otras que se van a romper al tercer día porque están mal formuladas. Así nos obligan a seguir comprando.
Una vez que termino de contestar las 5 preguntas, decido conscientemente si el producto me convence o no. Así es como he logrado cambiar mis hábitos de consumo, y controlar mis impulsos este año.
Personalmente, el no buy cosmético me ha hecho re evaluar cuánto gasto en productos básicos como: delineadores, rímel, bases y bronceadores. Ya no estoy dispuesta a gastar un dineral cada vez que se me termina mi delineador favorito. Hay opciones libres de crueldad muy buenas y baratas. Procuro invertir más en paletas y productos que vienen en colecciones especiales o de regalo, porque sé que van a durar mucho más.
Mi respuesta sigue siendo sí, pero solo si te vuelves más consciente. Sé que es mucho trabajo de autoreflexión pero creo que vale mucho la pena porque nuestro consumismo puede romper o salvar el mundo. Quiero remarcar que no deberías sentir culpa si realmente quieres comprarte algo, adelante, es tú dinero. Lo único que estoy diciendo es que no deberías comprar por comprar.
¿Sabías que muchas personas se endeudan en esta época y se tardan más de un año en saldarlas? Piénsalo, nos prometen meses sin intereses pero las fechas se sobrelapan con otros descuentos que siempre van a aumentar la deuda. Muchos caemos en estas trampas y falsas promesas.
A veces no podemos aprovechar los descuentos y eso está bien. Otras veces podemos darnos el lujo de comprar todo lo que queremos, y eso también está bien. Pero en ninguno de los dos casos estamos obligados a consumir.
Tú también puedes cambiar tus hábitos consumistas y vivir una vida más sustentable. Recuerda hacer las 5 preguntas antes de comprar y contestar de manera honesta. No olvides que puedes consultar la Lista Oficial Belleza Libre para invertir en opciones 100% cruelty free.
¡Felices compras!
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